Iglesia Parroquial de Galapagar

La Cofradía Penitencial de Ntra. Sra. de la Soledad está establecida canónicamente en la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción de Galapagar.

Construida entre finales del s. XV y el primer tercio del siglo XVI (formando parte de una serie de iglesias construidas en la primera mitad del s. XVI dentro del Señorío del Real del Manzanares bajo la promoción de los duques del Infantado como la de Manzanares el Real o la Santa María la Blanca de Cerceda), se encuadra dentro del estilo “gótico serrano” o “abulense” propio de finales del s. XV, si bien las naves laterales y sacristías se adhirieron en el siglo XVII y el aspecto actual del templo se debe en gran medida a las diferentes reconstrucciones llevadas a cabo durante la segunda mitad del s. XIX, 1960 y la última gran restauración de 2007.

En su exterior cabe destacar la portada principal, articulada por medio de un arco carpanel de tres centros que cobija en su interior otro conopial (finalizada en 1515 según inscripción en un lateral de la misma); y la torre, de planta cuadrangular y dos cuerpos, remata por medio de una cornisa de perlado abulense y sobre la cual se levanta un chapitel de pizarra de aires escurialenses sobre armadura de madera fruto de la reconstrucción del siglo XIX.

En el interior del templo, severamente castigado durante la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil, destacan el Presbiterio, cubierto por bóveda de crucería de terceletes (único vestigio de la cubierta original del templo) y abierto a la nave central por medio de un gran arco triunfal gótico apuntado y moldurado que descansa sobre pilares baquetonados; la pila bautismal (posiblemente la misma en la que fue bautizado el Infante Don Carlos Lorenzo de Austria, hijo de Felipe II, el 12 de agosto de 1572); los azulejos toledanos de técnica de arista con diferentes motivos heráldicos, florales y de candelieri renacentista que en su día sirvieron de ornamentación al Presbiterio y posteriormente al antiguo baptisterio, los grandes arcos de medio punto que separan la nave central de las laterales levantados en la reconstrucción del siglo XVII; y el interior de la torre, en el que merecen especial atención la peculiar escalera de “cuerno de carnero” que conduce al campanario (uno de los pocos ejemplos que encontramos de esta tipología en España) y la sencilla pero hermosísima bóveda de crucería sexpartita que cubre el tercer piso. 

Todos los retablos son de época contemporánea, destacando el del Altar Mayor realizado por Florentino Trapero en 1955.